domingo, 12 de agosto de 2012

Descreídos o no, el amor es la fuerza.


"Guapa" Plaza del Pilar,1960
Quisiera poder escribir estas líneas con la nitidez suficiente, y con las palabras correctamente elegidas. Y lo deseo porque aún ahora, al principio de este borrador no estoy segura de si llegaré a subir este post al blog.
Si eso finalmente sucediese, me estaría arriesgando en cierta forma a que  más de una persona  me calificase como poco de ingenua.  No me importaría, tal vez lo sea, de hecho, ojalá lo sea todavía.  Por lo tanto, si finalemente lo publicase no sería mi intención cambiar a nadie de creencia sobre nada,  pero tampoco sentirme mal porque mis convicciones (forjadas algunas tras muchas pruebas) sean distintas a las de otros.
Nada más libre, que la creencia honesta de cada cual y aún más cuando se trata de algo como  la vida más allá de la muerte, que es en cierto modo de lo que va este post.
Si estás hoy leyendo estas lineas será porque despues de haberlas tenido silenciadas unos días, siguen teniendo sentido para mí y deseo darlas a conocer para que como siempre, quien las lea decida o no su utilidad personal.

Después de todo, cada uno vive gran parte de su vida como puede y el resto de ella como le dejan sus creencias o la falta de ellas. Y como las circunstancias actuales son tan asfixiantes para unos y dolorosas para otros,  un poco de asuntos curiosos como este, tal vez ayude a no sentirse solo a veces ante tantas dificultades, individuales o colectivas, sentirse arropado en dias de frío no esta mal, pero se necesita un tener cerca unas cuantas telas. Este es un retal, para ese patchwork virtual de quienes deseamos que se cumplan todos aquellos sueños gestados desde el corazón.

La introducción  anterior viene a cuenta de que ayer (a fecha de hoy más ayer aún) mi marido y yo  vivimos una situación un tanto peculiar. Yo como otros, tal vez como tu que estas ahora leyendo esto, soy creída en un sentido y descreída en otros aspectos, respecto al más allá. Creída, porque doy por hecho que existe un lugar cercano a Dios donde encontraré a aquellos a quienes haya sido capaz de amar desinteresadamente en esta orilla y  descreída en cuanto al  hecho,  de que si existe una posibilidad de contacto previo con en el más alla vaya a ser de este modo tan sencillo y difícil de creer como el que experimetamos esa tarde.  

Yo como tu, no me creo todo lo que se dice sobre esos otros mundos reales o imaginados,  a donde las almas emigran dejando atrás la cáscara inútil y desgastada que es nuestro cuerpo cuando morimos,  pero doy la posibilidad, gustosa de que me convenzan tras ejercer eso sí de abogado del diablo.  Existe el alma, pero no sé exactamente cómo. Para algunos cientificos el alma viene a estar justificada por la glándula pineal, para otros es algo cientificamente imposible de descifrar.
Así que esa tarde  de un modo otro mi actitud era la  de quien sí esta segura de la existencia del alma y menos segura de dónde se aloja exactamente. 
La  tarde era puro infierno como casi siempre durante el verano en esta ciudad extrema,   donde a causa de tan altas temperaturas ningun “ángel”  cuerdo osaría  visitar en plena Julio.  Incluso por la mejor de las causas posibles, como por ejemplo, un hijo.  El aire cálido, secaba mi melena lacia, mojada y aplastada inmisericordemente por el peso del casco, mientras pensaba en la corazonada previa.  Mi marido, conducía con determinación hacia la Expo, el acto empezaba en aproximadamente unos quince minutos.  Mientras sorteábamos coches, pensaba en que no era la de hoy, la primera vez que le había planteado ir a ver a Anne Germain, en la primera ocasión,  su falta de interés y mi  falta de convicción pudieron más que la posibilidad de experimentar  por mi misma esa supuesta conexión con las presencias y formarme un juicio. Pero, semanas después, no sé si porque el día anterior habíamos querido  ir al cine y no había nada que nos interesase lo suficiente, o  porque por la mañana había hablado sobre ello en el trabajo, o simplemente porque tenía que ser así,  la idea de ir al auditorio regresó de nuevo con mucha más intensidad.
Así que volví a formularle la pregunta a mi marido a solo una hora de que empezase el acto en cuestión y en esta ocasión y para mi sorpresa,  mi marido dijo que sí.  Aunque en el auditorio hubo varias filas de butacas libres, en taquilla solo se ponían a la venta 100 localidades, el resto era venta  por internet y a cinco minutos de empezar  solo quedaban 3 localidades a la venta in situ.

Sobre el exacto proceso que nos toco vivir en esos minutos, tienen todos  los destalles y su significado aquellos de nuestro entorno a lo que queremos,  porque  he considerado que debía ser así, con la esperanza de  que nunca jamás se sientan completamente solos ante las dificultades. Cada uno ama como sabe y de la misma torpe manera recibimos el amor que nos dan, piénsalo ¿ y si nos estuviesen enviando su amor aquellos que ahora están en la otra vida y por nuestra falta de capacidad  no lo estuviésemos sabiendo ver o valorar? Sería demasiado triste, supongo.
Hubo intuición en el hecho de que sí o sí  Anne Germain se dirigiría a nosotros esa tarde (como probablemente deseo  en todos los demás que llenaban la sala), pero también un deseo ambivalente sobre el resultado que esperaba; por un lado quería encontrar indicios que se sumasen a otro que ya poseo, y por otro lado tenía  el deseo cobarde de juzgar aquello inútil, y a ella una mera creadora de ilusiones. Pero ya se sabe que las cosas son siempre lo que son y no lo queremos que sean, aunque a veces ambas cosas coincidan.

Los detalles sueltos que yo pudiera relatar aquí sobre lo que nos dijo, no parecerían nunca suficientes a los descreídos puesto que además  solo para las personas que conocieron bien a mi suegra y nos conocen bien a nosotros, pueden darle tal vez el  sentido que les corresponde.
Diré que pese a lo templada que trato de ser y sabiendo en cuanto me señalo a mí, que el descreído de mi marido tendría que ponerse en  pie también, la situación me resulto embarazosa, pero fue cuando tuve que decir que NO varias veces a Anne Germain  al preguntarme si lo que  me decía tenía sentido para mi, cuando mi corazón parecía que iba a salirse por la boca.  Tengo que destacar que a algunos de los presentes al acto (unos diez fuimos los elegidos)  les  vino a ver un autobús repleto de difuntos pero a nosotros, Anne Germain nos habló de una única “presencia” que mi propio sentido de lo racional, por lo que parece más fuerte que mi instinto, me impidió relacionar inmediatamente. No así mi marido, que para ser un descreido presto atención.

Todas las frases que me sonaron extrañas y sencillas, cobrarían sin embargo todo su sentido minutos después y una vez concluido el acto. Pero mientras estuvimos allí de pie en aquel pasillo, yo no fui capaz de relacionar absoulatmente nada.
Todas las personas a las que Anne Germain se había dirigido previamente parecían muy seguras de encontrar sentido a lo que les decían, casi todas muy muy  emocionadas y conectadas,  así que yo sentía que esa tarde nos había tocado a nosotros el poco agradable papel de “cenizos”. No entendía, en que parte mi corazonada cobraba un sentido más profundo, si se habia cumplido debía haber algún motivo. Tenía que haber algo más y no era capaz de ver de que se trataba, mi razón se peleaba con la intuición, sin piedad. Cuando acabó el acto, varias personas se acercaron a nosotros, para preguntarnos si había acertado Anne Germain respecto a lo que nos dijo. En mi opinión, la mayoría de los que nos preguntaron querían un sí, pero deseaban confirmar un no. Nadie quiere parecer un loco incluso aunque lo sea.
Nuestra “presencia” alegre hasta no poder más, había venido con el mejor humor posible y Anne Germain estaba pero que muy contenta cuando nos decía todos aquellos  mensajes inconexos y se reía más que gustosa con alguno en concreto. Yo que no suelo bloquearme pero me incomodan las cámaras, aunque solo cuando soy yo la que esta de frente a ellas, estaba en un estado de emoción peculiar, raro. No entendí  la exacta relación entre la presencia (en ese momento ya identificada por él escéptico de mi marido), y los mensajes que nos daba de ella, decia cosas simples como: Se dirige a tí y te esta diciendo, "¿es guapo eh? ¿a que es guapo?" y sin embargo, tampoco sentía  que estuviese diciendo la verdad   si les contestaba a esas personas que me preguntaban, que Anne Germain se había equivocado. Raro muy raro. Así que les dije lo único que sentía como cierto “no lo sé, la verdad tenemos que procesarlo de nuevo frase por frase, supongo”.

Nos volvimos a subir a la moto, no sin el choteo de mi marido a quien el comentario de Anne Germain partida de risa y su incrédula actitud le animaban a repetir. “Lo que quería era ligar conmigo…jaja” y seguía “porque te has dado cuenta que lo ha dicho varias ves ¿no?”  “sí claro” “si es que estas estupendo” le conteste divertida aceptando su falta de fe y la mía, en lo vivido esa tarde.
 Pero camino de casa decidimos parar en una terraza de la zona a cenar  y recapitular lo vivido, la noche era espléndida, despejada e iluminada por un montón de estrellas escondidas tras el artificial halo de las luz de las farolas y los edificios contiguos.
Y recapitulamos, sin demasiada convicción en hallar nada nuevo, pero de repente sin saber porque,  todo lo vivido comenzó a tener sentido, como en un rompecabezas, cada comentario comenzó a encajar en nuestros recuerdos. Incluido el mensaje más raro de la foto y la piedra semipreciosa, una extraña “pista” material sobre la que le había dado un rotundo NO a Anne Germain cuando pregunto si aquello nos decía algo, y es que   la memoria es así de juguetona, obligándonos a decir no cuando debería ser sí.
Cuando llegamos a casa, los dos juntos fuimos al armario que contenía en cajas todo cuanto había por el salón antes de tener a nuestro beagle, y que yo personalmente  había retirado hacía ya  dos años, guardándolo para cuando el perro estuviese educado. “Ven, le dije a mi marido, acércate, quiero que lo comprobemos juntos, porque no estoy segura de si lo que ahora  recuerdo es realmente así” y efectivamente, así era, ahí estaba. Me entro una risa tonta, muy muy tonta.
Y me sobrevino una gran alegría de saber que aquello, rubricaba la débil certeza previa de que sí, Sole quiso que supiésemos que estaba bien. Y de que  eso, tan sencillo para algunos y comprensiblemente cuestionable para otros,  le podría hacer bien a sus hijos, y porqué no  a mí también.
Porque aunque ya tenga su propio código intimo y personal con el más allá y los suyos, ningún signo de esperanza estará nunca de más. Así que sí.  No sé cómo, ni porqué pero cuanto nos dijo, cada una de sus extrañas frases, tenía sentido.
Hablad con ellos siempre que lo necesiteis, con vuestros difuntos;  si ya lo hacíais como reconozco que  lo hago yo, no dejéis nunca  de hacerlo y si alguna vez lo dudasteis, intentadlo, porque sin duda les gusta saber que no los olvidamos y que no perdemos la esperanza de encontrarnos algún día con ellos. Y trabajad cada día para que en vuestro mundo personal  habite siempre buena gente, y de ese modo con los abrazos de los de aquí y el cariño de los de allí, tal vez el camino presente sea más llevadero.
Yo por mi parte estoy en ello, en aprender amar mejor para volver a encontrarme un día con los míos pero también para vivir con todo el sentido posible esta vida en la tierra.
Mi cariño virtual con este post para todos aquellos que pasáis por aquí de vez en cuando intentando encontrar algo, no sé bien que,  en las líneas perdidas de este blog. 

Aquella experiencia nos permitio reunirnos y recordar a Soledad, entre todos fuimos rescatando hermosos recuerdos del olvido. Fue bonito. Real para unos, fantasía para otros, cada uno se sierve libremente.

Tal vez deba entonces encender una vela y observar su llama para asegurame que cuento con su aprobación al publicar este post...no se...

4 comentarios:

Vicente Rubio dijo...

Amiga mia, tenemos que escribirnos mas y mejor ¿Vale?
Un abrazo muy fuerte para ti y tu familia.
P odias eliminar ese laberinto de numerito absurdo para llegar a ti, quizá por eso no te escriban mas gente, es fácil de eliminar "Demuestras que no eres un robot" es un coñazo, yo ya lo hice en su dia.
Un beso

L u x dijo...

Hola Vicente!!
Gracias de nuevo por tu apoyo ¿Que laberinto exactamente? Eres un optimista por naturaleza, la gente no escribe por que tal vez no le resulto lo suficientemente interesante en mis contenido!!! jaja Aprovecho para enviaros a todos un saludo muy cordial y mis mejores deseos para tu blog que cada día gana mas lectores activos!! Me alegra que asi sea.
Cuídate.

Anónimo dijo...

pues entre, por el significado de la palbra descreido, y por la utilización del blog, y por la foto de la plaza, lei, un ratico, pero, como dices, no era lo mío, pero me deleite un grato momento. El pedagogo.

L u x dijo...

Me alegra tu paso por aquí. Gracias :)

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