martes, 18 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad!

Que de vuestro árbol de la vida cuelguen las mejores esferas celestes esta 
Navidad y el próximo año 2013




viernes, 19 de octubre de 2012

Tristes apariencias



Blanca era tu piel y tu alma, negra,
profundamente  oscura y solitaria
como el luto perpetuo de la castañera.
Vacua tu mirada opaca,
desleal compañera de tus  palabras necias
impúdicamente pronunciadas.


Usurera has sido de letras disparadas
al cielo infinito de los sueños
silentes y nonatos de la infancia.
Tú,  otra vez tu, púa sin estrella  
que jugando a engañar
das la espalda a lo cierto y a lo humano,
mientras tejes impune  una red de mentiras
celosas y perversas, tan  tristes como tú.



Tal vez debas saber que alguien ayer
me recordó tu nombre, y al hacerlo,  
su vómito me trajo a la memoria tus andanzas,
tu inaceptable apuesta por lo sucio, lo infame y desleal.
Y sí, de nuevo sentí por ti una pena inmensa,
imaginando el vacio abisal  que te supera
y el color insípido de ese dolor dormido que tu Freud no espanta.

domingo, 12 de agosto de 2012

Descreídos o no, el amor es la fuerza.


"Guapa" Plaza del Pilar,1960
Quisiera poder escribir estas líneas con la nitidez suficiente, y con las palabras correctamente elegidas. Y lo deseo porque aún ahora, al principio de este borrador no estoy segura de si llegaré a subir este post al blog.
Si eso finalmente sucediese, me estaría arriesgando en cierta forma a que  más de una persona  me calificase como poco de ingenua.  No me importaría, tal vez lo sea, de hecho, ojalá lo sea todavía.  Por lo tanto, si finalemente lo publicase no sería mi intención cambiar a nadie de creencia sobre nada,  pero tampoco sentirme mal porque mis convicciones (forjadas algunas tras muchas pruebas) sean distintas a las de otros.
Nada más libre, que la creencia honesta de cada cual y aún más cuando se trata de algo como  la vida más allá de la muerte, que es en cierto modo de lo que va este post.
Si estás hoy leyendo estas lineas será porque despues de haberlas tenido silenciadas unos días, siguen teniendo sentido para mí y deseo darlas a conocer para que como siempre, quien las lea decida o no su utilidad personal.

Después de todo, cada uno vive gran parte de su vida como puede y el resto de ella como le dejan sus creencias o la falta de ellas. Y como las circunstancias actuales son tan asfixiantes para unos y dolorosas para otros,  un poco de asuntos curiosos como este, tal vez ayude a no sentirse solo a veces ante tantas dificultades, individuales o colectivas, sentirse arropado en dias de frío no esta mal, pero se necesita un tener cerca unas cuantas telas. Este es un retal, para ese patchwork virtual de quienes deseamos que se cumplan todos aquellos sueños gestados desde el corazón.

La introducción  anterior viene a cuenta de que ayer (a fecha de hoy más ayer aún) mi marido y yo  vivimos una situación un tanto peculiar. Yo como otros, tal vez como tu que estas ahora leyendo esto, soy creída en un sentido y descreída en otros aspectos, respecto al más allá. Creída, porque doy por hecho que existe un lugar cercano a Dios donde encontraré a aquellos a quienes haya sido capaz de amar desinteresadamente en esta orilla y  descreída en cuanto al  hecho,  de que si existe una posibilidad de contacto previo con en el más alla vaya a ser de este modo tan sencillo y difícil de creer como el que experimetamos esa tarde.  

Yo como tu, no me creo todo lo que se dice sobre esos otros mundos reales o imaginados,  a donde las almas emigran dejando atrás la cáscara inútil y desgastada que es nuestro cuerpo cuando morimos,  pero doy la posibilidad, gustosa de que me convenzan tras ejercer eso sí de abogado del diablo.  Existe el alma, pero no sé exactamente cómo. Para algunos cientificos el alma viene a estar justificada por la glándula pineal, para otros es algo cientificamente imposible de descifrar.
Así que esa tarde  de un modo otro mi actitud era la  de quien sí esta segura de la existencia del alma y menos segura de dónde se aloja exactamente. 
La  tarde era puro infierno como casi siempre durante el verano en esta ciudad extrema,   donde a causa de tan altas temperaturas ningun “ángel”  cuerdo osaría  visitar en plena Julio.  Incluso por la mejor de las causas posibles, como por ejemplo, un hijo.  El aire cálido, secaba mi melena lacia, mojada y aplastada inmisericordemente por el peso del casco, mientras pensaba en la corazonada previa.  Mi marido, conducía con determinación hacia la Expo, el acto empezaba en aproximadamente unos quince minutos.  Mientras sorteábamos coches, pensaba en que no era la de hoy, la primera vez que le había planteado ir a ver a Anne Germain, en la primera ocasión,  su falta de interés y mi  falta de convicción pudieron más que la posibilidad de experimentar  por mi misma esa supuesta conexión con las presencias y formarme un juicio. Pero, semanas después, no sé si porque el día anterior habíamos querido  ir al cine y no había nada que nos interesase lo suficiente, o  porque por la mañana había hablado sobre ello en el trabajo, o simplemente porque tenía que ser así,  la idea de ir al auditorio regresó de nuevo con mucha más intensidad.
Así que volví a formularle la pregunta a mi marido a solo una hora de que empezase el acto en cuestión y en esta ocasión y para mi sorpresa,  mi marido dijo que sí.  Aunque en el auditorio hubo varias filas de butacas libres, en taquilla solo se ponían a la venta 100 localidades, el resto era venta  por internet y a cinco minutos de empezar  solo quedaban 3 localidades a la venta in situ.

Sobre el exacto proceso que nos toco vivir en esos minutos, tienen todos  los destalles y su significado aquellos de nuestro entorno a lo que queremos,  porque  he considerado que debía ser así, con la esperanza de  que nunca jamás se sientan completamente solos ante las dificultades. Cada uno ama como sabe y de la misma torpe manera recibimos el amor que nos dan, piénsalo ¿ y si nos estuviesen enviando su amor aquellos que ahora están en la otra vida y por nuestra falta de capacidad  no lo estuviésemos sabiendo ver o valorar? Sería demasiado triste, supongo.
Hubo intuición en el hecho de que sí o sí  Anne Germain se dirigiría a nosotros esa tarde (como probablemente deseo  en todos los demás que llenaban la sala), pero también un deseo ambivalente sobre el resultado que esperaba; por un lado quería encontrar indicios que se sumasen a otro que ya poseo, y por otro lado tenía  el deseo cobarde de juzgar aquello inútil, y a ella una mera creadora de ilusiones. Pero ya se sabe que las cosas son siempre lo que son y no lo queremos que sean, aunque a veces ambas cosas coincidan.

Los detalles sueltos que yo pudiera relatar aquí sobre lo que nos dijo, no parecerían nunca suficientes a los descreídos puesto que además  solo para las personas que conocieron bien a mi suegra y nos conocen bien a nosotros, pueden darle tal vez el  sentido que les corresponde.
Diré que pese a lo templada que trato de ser y sabiendo en cuanto me señalo a mí, que el descreído de mi marido tendría que ponerse en  pie también, la situación me resulto embarazosa, pero fue cuando tuve que decir que NO varias veces a Anne Germain  al preguntarme si lo que  me decía tenía sentido para mi, cuando mi corazón parecía que iba a salirse por la boca.  Tengo que destacar que a algunos de los presentes al acto (unos diez fuimos los elegidos)  les  vino a ver un autobús repleto de difuntos pero a nosotros, Anne Germain nos habló de una única “presencia” que mi propio sentido de lo racional, por lo que parece más fuerte que mi instinto, me impidió relacionar inmediatamente. No así mi marido, que para ser un descreido presto atención.

Todas las frases que me sonaron extrañas y sencillas, cobrarían sin embargo todo su sentido minutos después y una vez concluido el acto. Pero mientras estuvimos allí de pie en aquel pasillo, yo no fui capaz de relacionar absoulatmente nada.
Todas las personas a las que Anne Germain se había dirigido previamente parecían muy seguras de encontrar sentido a lo que les decían, casi todas muy muy  emocionadas y conectadas,  así que yo sentía que esa tarde nos había tocado a nosotros el poco agradable papel de “cenizos”. No entendía, en que parte mi corazonada cobraba un sentido más profundo, si se habia cumplido debía haber algún motivo. Tenía que haber algo más y no era capaz de ver de que se trataba, mi razón se peleaba con la intuición, sin piedad. Cuando acabó el acto, varias personas se acercaron a nosotros, para preguntarnos si había acertado Anne Germain respecto a lo que nos dijo. En mi opinión, la mayoría de los que nos preguntaron querían un sí, pero deseaban confirmar un no. Nadie quiere parecer un loco incluso aunque lo sea.
Nuestra “presencia” alegre hasta no poder más, había venido con el mejor humor posible y Anne Germain estaba pero que muy contenta cuando nos decía todos aquellos  mensajes inconexos y se reía más que gustosa con alguno en concreto. Yo que no suelo bloquearme pero me incomodan las cámaras, aunque solo cuando soy yo la que esta de frente a ellas, estaba en un estado de emoción peculiar, raro. No entendí  la exacta relación entre la presencia (en ese momento ya identificada por él escéptico de mi marido), y los mensajes que nos daba de ella, decia cosas simples como: Se dirige a tí y te esta diciendo, "¿es guapo eh? ¿a que es guapo?" y sin embargo, tampoco sentía  que estuviese diciendo la verdad   si les contestaba a esas personas que me preguntaban, que Anne Germain se había equivocado. Raro muy raro. Así que les dije lo único que sentía como cierto “no lo sé, la verdad tenemos que procesarlo de nuevo frase por frase, supongo”.

Nos volvimos a subir a la moto, no sin el choteo de mi marido a quien el comentario de Anne Germain partida de risa y su incrédula actitud le animaban a repetir. “Lo que quería era ligar conmigo…jaja” y seguía “porque te has dado cuenta que lo ha dicho varias ves ¿no?”  “sí claro” “si es que estas estupendo” le conteste divertida aceptando su falta de fe y la mía, en lo vivido esa tarde.
 Pero camino de casa decidimos parar en una terraza de la zona a cenar  y recapitular lo vivido, la noche era espléndida, despejada e iluminada por un montón de estrellas escondidas tras el artificial halo de las luz de las farolas y los edificios contiguos.
Y recapitulamos, sin demasiada convicción en hallar nada nuevo, pero de repente sin saber porque,  todo lo vivido comenzó a tener sentido, como en un rompecabezas, cada comentario comenzó a encajar en nuestros recuerdos. Incluido el mensaje más raro de la foto y la piedra semipreciosa, una extraña “pista” material sobre la que le había dado un rotundo NO a Anne Germain cuando pregunto si aquello nos decía algo, y es que   la memoria es así de juguetona, obligándonos a decir no cuando debería ser sí.
Cuando llegamos a casa, los dos juntos fuimos al armario que contenía en cajas todo cuanto había por el salón antes de tener a nuestro beagle, y que yo personalmente  había retirado hacía ya  dos años, guardándolo para cuando el perro estuviese educado. “Ven, le dije a mi marido, acércate, quiero que lo comprobemos juntos, porque no estoy segura de si lo que ahora  recuerdo es realmente así” y efectivamente, así era, ahí estaba. Me entro una risa tonta, muy muy tonta.
Y me sobrevino una gran alegría de saber que aquello, rubricaba la débil certeza previa de que sí, Sole quiso que supiésemos que estaba bien. Y de que  eso, tan sencillo para algunos y comprensiblemente cuestionable para otros,  le podría hacer bien a sus hijos, y porqué no  a mí también.
Porque aunque ya tenga su propio código intimo y personal con el más allá y los suyos, ningún signo de esperanza estará nunca de más. Así que sí.  No sé cómo, ni porqué pero cuanto nos dijo, cada una de sus extrañas frases, tenía sentido.
Hablad con ellos siempre que lo necesiteis, con vuestros difuntos;  si ya lo hacíais como reconozco que  lo hago yo, no dejéis nunca  de hacerlo y si alguna vez lo dudasteis, intentadlo, porque sin duda les gusta saber que no los olvidamos y que no perdemos la esperanza de encontrarnos algún día con ellos. Y trabajad cada día para que en vuestro mundo personal  habite siempre buena gente, y de ese modo con los abrazos de los de aquí y el cariño de los de allí, tal vez el camino presente sea más llevadero.
Yo por mi parte estoy en ello, en aprender amar mejor para volver a encontrarme un día con los míos pero también para vivir con todo el sentido posible esta vida en la tierra.
Mi cariño virtual con este post para todos aquellos que pasáis por aquí de vez en cuando intentando encontrar algo, no sé bien que,  en las líneas perdidas de este blog. 

Aquella experiencia nos permitio reunirnos y recordar a Soledad, entre todos fuimos rescatando hermosos recuerdos del olvido. Fue bonito. Real para unos, fantasía para otros, cada uno se sierve libremente.

Tal vez deba entonces encender una vela y observar su llama para asegurame que cuento con su aprobación al publicar este post...no se...

jueves, 31 de mayo de 2012

Cuenta conmigo


Hoy quiero dedicar este post a esa gente "extraordinaria" que nos rodea y que es tan especial,  que no necesita formar parte subrayada y en negrita de nuestro día a día.  
Razón por la cual, no siempre somos conscientes de cuan importantes son, hasta que la vida nos pone un reto lo suficientemente alto como para hacernos ver   lo afortunados que somos al contar con ellos. 
A su lado la dificultad, baja de grado y la soledad, huye con el rabo entre las piernas de mano de la impotencia.  
A veces,  los “extraordinarios” han recibido de nosotros, menos que otros que están más cerca en nuestro día a día  y sin embargo,  no se lo piensan ni un minuto, no dudan, no son usureros de su tiempo o  de sus recursos, profesionales o emocionales.  
Cuando te ofrecen su ayuda o su incondicional apoyo, lees en sus palabras, en sus gestos o en sus ojos, que están ahí por elección y que no se irán sin asegurarse de que han conseguido mejorar un poco tu situación.  Sin ellos, sin su ayuda, en ese momento puntual, las  cosas no hubiesen acabado del mismo modo.
Juegan en tu equipo, salen contigo al campo sin cuestionarte y le plantan cara a tu destino,  deseando casi más que tú el mejor desenlace posible. Toda esa cadena de buena gente, obra el milagro, y aquello que podía haber sido un terremoto a gran escala, se queda en un temblor.
Es al día siguiente, un día cualquiera como lo es hoy, cuando todo ha pasado, y puedes de nuevo añadir otra línea de superación a tu currículo, cuando la emoción te embarga al pensar en esa riqueza inconmensurable que es la gente de bien.


Es ese  tipo de gente, que ayer nos ayudó a nosotros,  quien dará la vuelta a la situación de este extraño y querido país.

48 horas después. Todo bien, mejor. Gracias a Dios.


Pero sobre todo, gracias a esas personas  que  con vuestras manos aflojasteis el nudo de nuestra repentina situación.  Puedo reafirmarme  así en cuan afortunados somos nosotros y quienes comparten vuestra vida. 

Hoy habréis seguido en vuestro trabajo, como si nada, cumpliendo con vuestras obligaciones, sorteando vuestros propios problemas, desconociendo tal vez lo mucho que hacéis por el prójimo al ser como sois. 


Lo dicho, gente especial,, extraordinariamente normal..

miércoles, 16 de mayo de 2012

Quisiera


Hoy quisiera hacer de tus  lágrimas silentes, gominolas,
y de  las penas  confesas,  negras bolas de caviar,
y que al caer de la horas sus agujas rotas
pudiese ya ofrecerte espumosa ,  la  copa del perdón.

Hoy quisiera que aquellos,  los besos que nos dimos,
rescatasen sin miedo todos los sueños muertos,
de tu profundo océano  en  mi universo blanco
y al despertar,  tornasen raudos en franca  su alegría.

Hoy,  como ayer, quisiera, simplemente comprenderte
con el amargo sabor  del desengaño o el deseo dulzón de la esperanza,
y  cruzar contigo al otro lado, sea cual fuere aquel lugar que nos espera.
Pero dime;  ¿Qué quieres tú exactamente hoy, amor,  cuando me miras?

¿Qué quiero yo, preguntas?

Volver donde los pájaros cansados habitan en verano, y restaurar  
aquel nido perfecto que tuvimos, y que cayó  quebrado por el peso ,
por el viento, o por el paso de un año detenido, sin un aviso previo,  
tan de repente…,  de la delgada rama en el árbol correcto.

Tal vez  volar , eso quisiera hoy ,
hasta tus labios tristes  sin pensar, cuánto duele besar
lo que no se merece, y poder  ofrecerte en silencio los míos con tiento ciego.

Pero mañana, si me concedes tiempo, habiendo ya bebido la espuma de esa copa,
lo que quiero es  llevarte de nuevo hasta un jardín perenne,
y empezar rama a rama un nuevo nido, sea cual fuere el tiempo que nos lleve.
Pero ahora dime tu , ¿recogerás conmigo todas las ramas rotas?



miércoles, 25 de abril de 2012

En el solitario limbo de una extraña frontera colindante con el TDHA


En el número 53 de la revista Mente y Cerebro, se informa  de los últimos estudios sobre inatención o hiperactividad, señalando que esta “condición” (estado especial en el que sea haya alguien o algo),  no se perpetúa en todos los casos.
En opinión de Nigg, «posiblemente sea crónico en ciertos casos, fluctuante en otros, y puede que algunos niños mejoren de forma espontánea».
En opinión de Turner, “Si, por definición, todo trastorno ha de ser de larga duración, entonces estamos sobre diagnosticando el de TDAH”,



¿Con qué sueña una mariposa cuando duerme?
Aquí está, ya ha llegado.  Con tu esfuerzo, mi orgullo, con mi orgullo, la fuerza. Esa  fuerza inmensa que busco para no sucumbir, para no derramar todas las lágrimas a un tiempo. La fuerza que me salva del estado de alerta continuo cuando  parece que a veces no cupiera ya más carga en mi mochila, y me empeño en cargar con el peso del mundo. ¡Como si no tuviera bastante con el mío!. Y vienes tú, como siempre  has sido, sencillamente tú; misteriosa, enérgica, cabezona, alegre, temerosa, fuerte, leal y me demuestras, que ya puedes, que quieres. Y extiendes tu mano y me das un papel con cifras como si nada, disimulando como puedes la satisfacción que sientes.
Muy pocos saben lo que hemos pasado para llegar aquí. Y nadie sobre cuanta certeza alimento mi ánimo en el desánimo, certeza de que sí saldrías un día definitivamente de tu frágil crisálida y tu vuelo sería silencioso, limpio y tus alas preciosas. Repentino, como casi todo contigo.

 “La vida es sacrificio” decía mi madre en mi adolescencia, y yo la odiaba por no entenderme, por anticiparme lo que ya intuía esa niña vieja. Por no dejarme ser una ignorante  y  haberme parido tan responsable. Pesa, la responsabilidad agota, pero la irresponsabilidad anula,  destruye, te convierte en un estúpido juguete a pilas que se para cuando menos lo esperas.

Brillan tan hermosas tus alas, son suaves, frágiles  y aunque dudo que tengas claro a dónde dirigirte,  recuperas hoy por fin tu vuelo sabiendo ya mejor quien eres.  ¡Qué viaje tan largo para una mariposa! Pienso, pero no es cierto.
Es breve, breve como el aire que apagó  las velas de tus  primeros cumpleaños,    breve como el beso en la mejilla que a veces desdeñas cuando te busco, tan breve como el abrazo que nos damos al encontrarnos por la escalera. 
“Nadie te regala nada” decía mi madre y sus palabras golpeaban mi cerebro con la intensa vibración de un gong, y yo de nuevo creía odiarla por ser tan pragmática y estar siempre en continuo movimiento, pura acción, como luchando cada instante por nuestro porvenir, en un estado casi enfermizo de supervivencia infinita y en esa actitud tan suya de no entender la necesidad  que yo  tenía de caer para coger impulso, y quebrarme el ala si fuera necesario en ese intento. Y aprendí pronto que nadie tiene la obligación de regalarnos nada pero tardé un poco más en comprender que tampoco nadie tiene el derecho de quitarnos los que nos pertenece.
Sin embargo también pude comprobar que la vida, se hace más fácil cuando nos acompaña en el camino buena gente, cuando no hipotecas  tu libertad y cuando eliges ser fiel a tu propio esfuerzo, y a los valores que sustentaron a los tuyos antes que a ti en otras dificultades.

Seguro que yo también utilizo frases impertinentes y  ya gastadas que te enervan, y que probablemente tú como yo entonces, conspiras a veces contra esa fuerza centrípeta llamada madre y hayas creído que me odias más de una vez (cuando todavía estas bien lejos de saber que es eso). 
A unos días del cumpleaños de tu abuela, y en medio de esta crisis feroz que ahoga también la voz o el ánimo de los mejores, tu esfuerzo, tu compromiso y tu falta de sueño que no de sueños, nos trajo motivos para celebrar con orgullo tus resultados y desearte fuerza para seguir construyendo tu futuro.  
Ahí va como ejemplo una de mis impertinente frases “Recuerda quien eres niña, las mujeres de nuestra familia nunca se han rendido” o “vale lo pillo, ahora olvídate de la queja, si vas a desgastarte que sea en la solución, te sentirás mejor”. Sí, lo sé, suena pelín duro a tu edad, ¿como la vibración de un gong?, pero es que es tan cierto mi niña... Tan cierto y tan duro como lo que me decía tu abuela sin contemplaciones. Tan verdadero como la actitud a veces  resignada, otras luchadora, y casi siempre silenciosa de tu bisabuela, quien entre la negrura de su luto perpetuo reía tímidamente cuando me empeñaba en hacerle cosquillas y su anciana voz sonaba divertida y frágil en su saco de huesos o cuando mostraba una sonrisa silenciosa porque yo insistía, en comprarle un vestido de botones con un poquito de blanco sobre ese fondo tan negro.  Hay muy buena gente ahí arriba cuidando de tí, me sobran razones para creer que es así, también ellos están en tu camino.

Pero con todo y con eso, no es menos cierto que  la vida siempre tiene su  forma particular de mostrar también su mejor lado y esos momentos que  nos llegan sencillamente como nos ha llegado este, en un papel resumiendo los logros de tu esfuerzo  merecen sin duda ser celebrados con todo mi cariño. Felicidades y adelante, queda camino y eso es muy bueno, porque  en el camino está también lo emocionante, la dolorosa sabiduría del corazón que palpita y todos los que te acompañan para que no te sientas sola en ese esfuerzo.  Camina entonces niña, a tu natural ritmo, como siempre lo has hecho, porque  quedarse inmóvil no cambia nunca nada a voluntad. Y gracias, gracias por tu esfuerzo y tu actitud, chica lista. Impresionante.

martes, 10 de abril de 2012

El diccionario impertinente (VII): Juicio de valor








El juicio de valor es el Juicio de lo correcto o errado de algo, basado en un conjunto o sistema particular de valores.

*Valor (axiología), una cualidad de las acciones y las cosas que permite ponderar la bondad, maldad, belleza, fealdad, etc.



No es conveniente ir por la vida emitiendo sobre todo y cada cosa “juicios de valor”, no sería acertado, ni cómodo, ni justo para nadie. 

En mi opinión el juicio de valor sobre algo o sobre alguien, debe entrar  en juego cuando de una u otra forma ese algo o ese alguien entra en confrontación con un interés legítimo.
Un interés legítimo sería por ejemplo: Ser respetada de palabra y obra por un hermano, desear que tu empresa funciones bien y con el mejor equipo posible, resolver tus deudas en el plazo comprometido, buscar resultados al esfuerzo invertido en algo, etcr. Cuando alguien o algo nos impiden la consecución de estos objetivos, entra legítimamente en juego la posibilidad de establecer un juicio de valor sobre la cosa o sobre la persona o sobre uno mismo. Correcto o incorrecto pero individual. Todo juicio de valor es personal, puesto que ese acto de ponderar la bondad, la maldad, la belleza, la fealdad, etcr, no es el mismo en todas las personas. Cada una pondera conforme  su libertad de juicio.

El juicio de valor es imprescindible porque define a uno mismo y al otro, en este caso a mi yo Lux  (Prepotente para el otro, Manolo, por atreverme a tener y manifestar juicios de valor sobre quien tengo responsabilidad implícita o explícita y también define a ese otro, que paradójicamente considera que no  hay que tener juicios de valor y que cree erróneamente que  no emite juicios de valor mientras espeta enfadado: “¿Y quien eres? (…para tener juicios de valor)” y el , contesta “Lux (llevando implícito quién también no soy”.

Para el juicio de valor no existe él: “todo vale mientras no me perturbe a mí” “allá cada cual con sus acto”, tan cerca en mi opinión de posición nihilista ante la vida.


El juicio de valor pondera  para mí y para el otro, por ejemplo;  evita hacerse cómplice silencioso de determinados perfiles de personas que someten a otros, evita sufrir innecesariamente por una causa perdida y te obliga a buscar valor cuando el juicio obtenido no es el que esperabas. Te enfrenta primero a tus creencias y luego a tus valores y te alerta de la distancia entre estos y/o lo que tienes enfrente. 

Un juicio de valor no es en absoluto “la verdad” sobre lo que se pronuncia. Verdad sobre la que se han preguntado y se preguntan los filósofos, los cuánticos o la gente de bien, pero es una buena brújula a veces, para saber dónde estás o con quien. Pero las formas de vivir la vida son muchas y muchos lo consiguen también sin brújula. Así que sí, reconozco emitir a veces juicios de valor y aceptar también que los demás los tengan sobre mí o sobre mis actitudes.

El miedo tiene la capacidad de disfrazarse de cualquier cosa  por eso es tan impórtate reconocer cual es su aroma, o el tono de su voz.


lunes, 2 de abril de 2012

¿Latidos del mundo o pequeñas anécdotas?: EL PARTIDO




LATIDO NAVARRO


Confieso que he llorado. Una lágrima vale, tal vez dos y ha sido algo instintivo, sí. Fuera de control. Pero ahí estaba.

Es medio día de domingo tranquilo, hora del telediario. Comemos. Yo estoy de espaldas a la TV. Está puesta la Cuatro* no por favorita sino porque sus noticias coinciden con la hora perfecta para provocar una indigestión. Prefiero comer sin tv, pero es el rato perfecto para entérate en imágenes de lo que pasa por el mundo, así que me arriesgo a que a veces la comida no me siente bien.
Me levanto, con los platos en la mano, y al girarme, unas imágenes captan mi atención.  Es un estadio de futbol. Me quedo inmóvil, tal vez asustada, no porque no crea lo que veo (para mi desgracia ya he entendido cuan cruel y estúpido es el hombre) sino porque no se el final de lo que veo y de repente me teletransporto ingenuamente a Pamplona,  ahí junto a esa familia, al lado de ese niño. Una lágrima que no domino llega sin previo aviso, es la lágrima de la impotencia. De saber que llevan las de perder. La dignidad, la vida, el control, la esperanza…en unos minutos. Que no sea la vida, me digo; son más y delincuentes. No los califico yo se retratan ellos.
Chapó por el padre que protege al hijo. Qué situación tan difícil, sujetar al niño al tiempo que retienes el acto reflejo de romperle los dientes al otro para proteger a un hijo, que  no a una bandera. ¿Cómo seguir siendo el héroe imperfecto de tu hijo cuando se trata de uno solo contra la sinrazón?.
Los antidisturbios, los geos o como quiera que se llamen, llegan luego, unos quince,  no tendría sentido que llegasen antes del delito, claro, ¿para qué ganarse el respeto de los vándalos, y llevarse una cicatriz?. A veces yo tampoco quiero poner la jeta por este país o por nadie. Educaditos ellos, se parapetan junto a la víctima ( esta es mi impresión) , serios, rígidos, encapuchados, imparciales. Los atacantes al otro lado, echando espuma por su hocico. Trasladan a la familia madridista y residente en Navarra, a otro lado, son los apestados.
Los osados madridistas que desafían a los aficionados del osasuna, desplegando su bandera, sentándose tranquilamente y sin ningún pudor, como si nada, a ver la nueva versión del circo romano, donde los leones aparecen en las gradas.  Señor, déjeme que le diga algo, aleje a su hijo del futbol. Los estadios siempre han sido el lugar donde desahogar a gritos las frustraciones personales increpando al contrario, buena higiene mental para el pueblo pero ahora se aniquila impunemente la voluntad del contrario y si usted no es un vándalo,  prepárese para recibir “ostias”.  Por estas tierras ya conocemos a  parte de esa afición Navarra. Sus descalificaciones a la Virgen del Pilar, su bola de acero sobre los autobuse…la vergüenza para los aficionados de bien del osasuna y un peligro para el resto.


Las imágenes terminan el locutor de la derecha muestra y demuestra su indignación, el de la izquierda también, comedidamente, claro. El de la derecha dice, mirando a su compañero algo así como “¿Pero sabes que es lo peor?” Al otro se le nota pelín molesto por la osadía de su compi , de hecho en mi opinión se la repanpimfla lo que le diga su compi, pero el otro insiste y dice algo parecido a “ Lo peor es que cuando se vean no les dará vergüenza”  y el compañero de la izquierda que sigue hierático ante la cámara dice “Bueno, eso  no lo sabes” y pasa entusiasmado a la siguiente noticia. Y yo pienso, “capullito” disimula más tu cobardía, y que dios te de muchos hijos para saber lo que es ser padre… y luego no se porqué pienso en los padres de los que increpaban y agredían a la familia arrancando de las manos del padre la bandera madridista. Y pienso en el padre del niño, y le deseo muchos más partidos donde olvidar este y donde pueda recoger todas las alegrías que tal vez la vida cotidiana no siempre pueda darle.

lunes, 26 de marzo de 2012

Intocable


                Valoración:

                                                         CRITICA  *** Usuarios ****

 

Director:  Eric Toledano, Olivier Nakache
Intérpretes: Francois Cluzet, Omar Shy, Anne Le Ny, Audrey Fleurot
Título en VO: Untouchable
Año: 2011. Fecha de estreno: 09-03-2012
Duración: 110 min.
Género: Comedia
Color o en B/N: Color
Guión: Eric Toledano, Olivier Nakache

De vez en cuando,  como quien va a París de fin de semana, o más bien sueña con ello, nos vamos a ver cine francés. Con la misma ilusión (óptica) digo, y ese magnetismo hacia el buen gusto que resulta inevitable.  Historias todas ellas de lo más variopintas, nada que ver las unas con las otras pero  casualmente costumbristas, donde se relatan hábitos de la sociedad francesa en una época concreta, generalmente la actual. Las he visto, buenas y menos buenas pero todas han merecido hasta ahora el precio de la entrada.
Por Intocable, hubiera pagado incluso el doble. Así que no debo ser buena crítica en absoluto, pues esta película,  en muchos medios especializados no ha pasado de tres  estrellas sobre cinco . Sin embargo, lo único que le falla en mi opinión es el título, que por muchas vueltas que le doy sigo sin “pillarlo”.
Por lo demás, disculpen si hoy me muestro extremadamente generosa con su director, con sus actores, con sus guionistas, con su director de fotografía, con su responsable musical y con el sursuncordaAsí de redonda me pareció la película. Ninguna película me ha hecho reír tanto como esta, de acuerdo, y  esto lo confieso, ya se lleva un 90% de mi disposición favorable. Pero hay más, la habilidad para mostrarnos esta situación costumbrista  y de diferencia de clases, sin que nadie se alce en armas de lo políticamente correcto (que sea una historia real (y exagerada supongo) ayuda, supongo, también la hace especial.  Increíble la actuación de los protagonistas,Francois Clouzet  (encantada de haberle conocido, en esta peli) ¿Cómo puede un papel así de difícil dar para tanto?. Dominio gestual absoluto, sin duda. 110 minutos en una silla de ruedas y tetrapléjico. Has de ser muy buen actor para aceptar un papel con esta limitación y que no se vea limitación alguna en la interpretación. Omar Shy, se come la pantalla desde el primer minuto y en el segundo ya intuyes que es un tipo que merece tu atención, genial.
Es una historia real como he dicho y hacer el guión con tanta elegancia y sentido del humor no ha tenido que ser fácil. No sobra ni falta una palabra, y si lo hace a Dios pongo por testigo que  yo no la eché de menos. Toda la música es una magnifica selección y acompaña el ritmo ágil de la película. La película es humorística y lo consigue. Un humor fino sobre un asunto delicado, simplemente buenísima.
El drama está entre lo evidente y lo escondido, se sobreentiende, solo hace falta un poquito de empatía, pero  está bien llevado al margen porque lo que brilla en esta película, lo que la hace especial es el humor, la dramática situación que sin dejar de serlo, suaviza con la actitud ante la vida de sus protagonistas y se hace agradable ver cómo dos seres humanos tan distintos se necesitan tanto y como de la diferencia son capaces de construir, respeto y admiración.
Pase 110 de minutos  sonriendo y eso entiéndanme….es de agradecer ¿no? Así  que,
! je vous remercie beaucoup M. et  Eric Toledano, et M.  M. Olivier Nakche !

viernes, 10 de febrero de 2012

Creces



Creces como acacia elegante y sencilla,
mientras mueves las flores al compás de tu ímpetu
guardando los secretos enterrados en besos
junto al tronco que estira para alcanzar tus sueños.

Creces en la noche a la luz de tu luna,
cuando apartas del mundo los temores que ignoras
y escuchas el mensaje callado de los astros
buscado las respuestas a preguntas no dichas.

Creces cuando ignoras el sentido cautivo
de perderte la infancia, al guardar sus recuerdos
lejos de tu memoria, estrenada en albores
y acordes musicales que cantas cuando ríes.

Feliz, creces feliz, cuando sientes la vida
y cuando lloras creces, aceptando dolores,
tus causas ya perdidas, o el miedo al desengaño
porque lo sientes todo, auténtico, tu creces.

Creces porque tienes, un corazón que late
al abrigo del fuego en los días de invierno,
cuando piensas que el mundo ya no es como creías
y porque amas creces, aunque no siempre entiendas.

Acepto que tú creces y yo me hago más vieja,
y en puente me transformo para que tu atravieses
con firme decisión todos los días nuevos
que ocultos en misterios, están por descubrir.

Adolescente, eres y yo ¿que soy ahora?,
la misma madre soy que un día te acunó,
pasó noches en vela y te mostro el  amor
feliz de verte ser, sol en tu firmamento.

martes, 7 de febrero de 2012

De Pata a Pato y opino porque me toca

¿Y si una información “secreta u oculta” estuviese a punto de explotar en tu cotidiana vida y cambiarlo casi todo?.
Si eso ocurriese surgiría  una primera reacción, incontrolada, casi primitiva y cuanto más importante fuese esa información y las consecuencias sobre tu vida actual o futura, más obligado estarías a formarte una opinión sobre lo que acabas de saber.
La opinión (incluida esta) es un ave díscola que vuela libre pero condicionada a ir allí donde encuentre un alimento que la satisfaga.
Por todos es sabido que las circunstancias de la vida cambian que la vida construye  y destruye a su antojo, que  tiene sus propias reglas, sus propias estadísticas influyendo inevitablemente sobre nosotros y todos formamos parte innegociable de ese devenir. La vida nos plantea retos nobles, imposibles, envenados, enriquecedores o sorprendentes y nuestro juicio de la situación dependerá de la emoción que nos acompañe..
Resulta evidente para quien siga este blog o me conozca, que me gusta opinar pero también considero importante escuchar opiniones ajenas. Opinar es dar a conocer a otro un particular punto de vista.
Cuando indago dentro mí  tratando de formarme una opinión concreta y certera, me obligo a  acercarme con sigilo hasta ese asunto o persona, tratando de ser lo más objetiva posible, si es que eso es posible.  La lucha interna entonces, puede llegar a ser intensa; entre el corazón y la razón, la experiencia o los deseos, lo que aprendí y lo que deberé olvidar, lo que creía que sabía y lo que ignoraba.  Es el momento junto en que tengo que echar mano de los criterios vitales que me sustentan y revisar de nuevo su valor. Cuanto más delicado es el asunto que requiere de mí en este sentido más me obligo a no confundir la parte por el todo. Un error de alguien no convierte a una persona en un desastre, por ejemplo. Para ser un desastre has tenido que acumular unos cuantos errores a lo largo de un tiempo, de la misma forma que ocultar una información puntual no siempre nos convierte en mentirosos. El principio más inmediato que debemos considerar es desde luego la cautela. Cuanto más amamos a alguien, más cautela necesitamos.
 Ahora bien, que no me importe opinar, o formarme un juicio sobre algo, no significa que me guste compartir siempre lo que opino, ni hacerlo tampoco con todo el mundo, a veces cuando no opino sobre algo es sencillamente, porque no tengo los conceptos que necesito suficientemente claros o bien no estoy por la labor de  tener que construirme una ni opinión. Otras veces, es porque una opinión es un valor en sí mismo y hay quien  puede no  merecerla en absoluto. Tu opinión es también tu valor, de alguna forma. Por tanto la opinión del otro, puede suponer también un valor para nosotros.

El monologo interior se activa y aparece el severo juez interior, ¿Quién soy yo después de todo para opinar lo que te conviene por ejemplo a ti? ¿Quién eres tú para opinar sobre mi vida? ¿Puedo a través de mi criterio individual opinar sobre tus actos particulares? ¿Pueden tus actos forzarme a tener una opinión? Puedo. Puedes. A veces incluso debemos. Sin opinión sobre las cosas que nos afectan, somos solo almas ciegas, entre tener opinión o carecer de ella prefiero a los que sí suelen tenerla. Entre los que opinan sin tiento sobre todo o los que callan si no están seguros, prefiero a los que callan.
Antes de manifestar una opinión sobre un asunto nada banal  me gusta pensar, si además el asunto llega con impacto hasta mí, además de pensar me doy más tiempo y más silencio. Una opinión irreflexiva, fuera de lugar o de contexto, puede llegar a ser como un perro peligroso sin bozal, por eso cuanto más de cerca me toca un tema más tiempo me lleva mi ostracismo voluntario y más necesito el silencio como alimento. Pero no tener una opinión cuando los acontecimientos  están ya influyendo sobre tu vida, es irresponsable. Huir de tener una opinión para no tener que afrontar una realidad, es cobarde. Temer a que otro opine diferente a nosotros es inmaduro.
La experiencia más pequeña puede invitarnos  a pensar a lo grande, porque probablemente lo que consideramos grande esté formado de sus propias micro-experiencias. Para comprender una experiencia grande, hemos de entender primero la suma consciente e inconsciente de las  micro-experiencias que la generaron, lo cual supongo es francamente difícil.

Por ejemplo, una micro experiencia, con tintes de cuento pero sin embargo real, y que tal vez un día afecte a mi opinión y actitud sobre una experiencia superior, sería esta; una muestra de cómo lo cotidianamente sencillo puede encerrar un mensaje superior que conecte con nosotros.

Hace unos meses, cuando comencé a construirme un hábito en mis primeros paseos con Brunete, conocí la historia de uno de los patos que frecuentaba los lugares perrunos por donde caminaba. Este pato “patoso” me fue dado a conocer en noviembre por su peculiar habilidad,  diferente al resto de los patos que allí estaban. Tal habilidad, consistía en seguir al guarda de parque del agua cuando lo llamaba por su nombre (¿Ilusión auditiva?). El pato lo seguía con su andar patuno y provocando sonrisas en quien lo contemplaba.
De todos los de su especie este, era el único que dejaba el estanque cuando lo incitaban para seguirá a un humano, lo que en mi opinión, tan simpática actitud lo hacía presa fácil del infortunio y aumentaba las posibilidades de  acabar un día como pato laqueado, así que mi racional creencia, no me permitía disfrutar de la experiencia de igual forma que si no la tuviera.
Ese sentimiento de que algo no encajaba pudo más que el sencillo acto simpático del pato.  Nuestro Pato “patoso” pero no tonto, conservaba sin embargo el instinto de huir lejos de nuestros perros sabuesos  como alma que lleva el diablo, algo que yo agradecía inmensamente, pues no quería tener que reñir a mi perro por comportarse como un perro.  Pasó el tiempo y un día de tardía primavera comenzó a circular un rumor sobre nuestro adorable pato patoso pero no tonto. He de señalar, que durante todos los meses previos a Mayo no consta que hubiera ojo humano que apreciase ninguna incorrección del entrañable pato patoso, se podría  decir que era un ave perfectamente adaptada a su entorno pese a su peculiaridad. Sin embargo, en cuanto la madre naturaleza eclosionó en el canal imperial y alumbro varias camadas de hermosos patitos, que como cada año producían la admiración y exclamación de voces infantiles, llevándose toda la atención y los mendrugos de pan,  la cosa cambió. En algún momento de tanta algarabía y después de un invierno tranquilo (o de escasez) nuestro pato patoso se debió volver un tanto irritable y probablemente a falta de otras experiencias previas de adaptación al medio, vio peligrar su apreciada vida fácil,  comenzó a atacar sin piedad alguna, a los patitos de las nuevas camadas.
 El alimento, es la razón principal junto con el miedo por la que suele atacar un animal. (Cosa que los hace más humanos que nosotros que atacamos por infinidad de cosas absurdas).
Probablemente, y aquí es donde entra mi opinión y mi imaginación, este buen pato temió por su comida, juntándose así los dos máximos temores al mismo tiempo, habiéndolas pasado canutas en invierno cuando menos gente sale de su casa a pasear con pan en los bolsillos y anulada de algún modo su capacidad salvaje de emigrar por su condicionado comienzo en este mundo, nuestro pato patoso con nombre, tuvo los ingredientes suficientes para alcanzar  su desgraciado momento de enajenación mental transitoria y literalmente atacar con saña a unos cuantos patitos hasta dejarlos patidifusos. Para quienes contemplaban esa escena nuestro pato patoso paso de gracioso a odioso, y algunos nos debatimos entre el dilema de actuar o no actuar, tras conocer los hechos.
Se crearon varias corrientes de opinión.
Puesto que ningún policía municipal ni personal de uniforme se haría cargo de la situación una primera opción era intervenir en el destino del pato para salvar la vida de los recién nacidos.
Una segunda opción, dejar a la naturaleza que arreglase sus propios asuntos y dejar de  contar patitos, para no  tener demasiado claro si existe o no,  una justicia natural.
Ninguna de las dos alternativas tenía desde luego nada de enternecedor, pero conocer la situación provocaba casi una actitud de complicidad respecto a ella y te  situaba en un dilema con ciertos tintes de moralidad.  ¿Y si no quiero pensar en ello? Una vez lo sabes, pasas a formar parte del asunto y empieza la gestación de una opinión. Que puedes callar, ignorar  o manifestar, pero te atrapa.
El pato patoso que con su  criminal actitud nos obligaba a tener una opinión, había sido criado en cautividad durante su niñez en un piso y soltado a su libre albedrío un día cualquiera en que sus dueños decidieron decirle adiós, y tal vez ir de visita al parque los domingos.  Pero aquella libertad de algún modo le había sido ya condicionada, pues al crecer en un contexto tan diferente donde no tenía que esforzarse para ser alimentado y trasladado a un lugar donde los patos migratorios que lo habitaban probablemente lo hicieran sentirse diferente y ser el centro de la fiesta cuando llegaban los bípedos panaderos a los que simpáticamente seguía, no ayudaron a nuestro pato a saberse pato, así que cuando vio amenazado su sustento, hizo lo que su instinto más animal le pidió: atacar.
Tardé un tiempo en regresar  por la zona y cuando lo hice me enteré del final de la historia, por lo que se dijo,  nuestro pato patoso resultó ser un pato de granja y alguien supongo que mejor informado, había tenido la deferencia de llevarlo a una granja o eso se dijo.


Tal vez sea cierto o tal vez no, puede que después de todo su destino final solo se retrase unos días y haya acabado envasado en la estantería de  un supermercado. Nunca lo sabremos a ciencia cierta pero es agradable pensar que pasó el resto de sus días en un hábitat más apropiado para su “condición” de pato patoso. Pero de lo que no me cabe duda es que la intervención del hombre sobre el pato en sus primeros meses de vida fácil y cómoda probablemente influyó sobre su adaptación en el canal y su destino. 
Acostumbrarnos a lo fácil nos priva de desarrollar nuestra propia resilencia esa, que en el momento menos pensado como los actuales tal vez,  la vida nos demandará. Ver peligrar lo que consideramos nuestro, puede transformar el carácter de un pato o el de un hombre, este último cuestionándose menos tiempo de lo que haría un pato, lo fácil o lo difícil que le fué considerarlo legítimamente suyo.  Vivir en una realidad que no nos corresponde nos hace dudar de qué o  de quién somos.
 Hemos de saber sobre lo que nos incumbe para poder tener la oportunidad de crearnos una opinión que guie nuestros actos sobre cualquier cuestión que nos ataña. Aunque conocer signifique despertar a  una realidad dolorosa. Aunque conocer sea poner a prueba lo que más amamos.  Tal vez la ignorancia nos haya salvado de algunos pequeños dolores pero no se puede llegar lejos ni  llegar bien con una venda en los ojos.
Sea como fuere todos tenemos un final, como lo tendrá o lo ha tenido nuestro pato patoso. Pero a diferencia de nuestro pato, nosotros sí podemos intervenir en la resolución no sé si de nuestro destino que en resumidas cuentas es uno y para todos igual, pero si en cómo llegar a él, pese a las circunstancias o a  debido a ellas. Cuando no hemos vivido otra realidad que las descargas sin pago de internet, las subvenciones a fondo perdido, la trampa de los créditos, etc, somos como el pato patoso que debe afrontar que se acabó el “coscurro” de pan gratis y no entendiendo su dimensión atacamos en ved de crearnos nuevas capacidades que nos ayuden con la realidad de los tiempos.   
Han sido años de muchos patos “patosos” tiempos donde hasta el mejor hombre del mundo persistió en el autoengaño y tomó decisiones que ahora deberá asumir con dolor, disposición y constancia, pero también en muchos casos con la ayuda de otros. Es por tanto también el tiempo de los “otros” de aquellos capaces de actuar con comprensión y  con perdón. Merecer ser perdonado es reconocerse pato patoso, es ser humilde en nuestras actitudes y tolerante con la reacción del otro y con su libertad para perdonarnos o no.   
Mucha gente sufre, mucha gente vive en un estado actual de incertidumbre difícil de ignorar.  En mi opinión es el momento de saber si somos patos migratorios o de granja y reconducir nuestra  vida si fuese necesario. Es tiempo de comprobar si es verdad que amamos tanto a quien ahora sabemos que se equivocó arriesgando estúpidamente demasiado, de ayudar al amigo que ya no puede ser tan generoso o dedicarnos tanto tiempo, al hijo que ha dejado de ser divertido porque se siente frustrado al no encontrar el trabajo que pensó que tendría al acabar los estudios , al sobrino que vaga como un alma en pena desde que se divorció, al compañero que lleva sobre sus hombre toda la carga de la responsabilidad económica familiar, cuando antes era un peso para dos,  con escucha, comprensión o nuestra esperanzadora forma de ver el mundo y ayudarle a no rendirse, no al menos hasta que se hayan acabado todas las opciones...
Es hora supongo, de opinar a veces, sin el juez severo que todos debemos llevar dentro y contribuir a encontrar una salida que nos permita de nuevo ser quien nunca debimos dejar de ser. Pero esto es desde luego, una opinión y una opinión no es ciencia, y como tal debemos tratar nuestras opiniones y las ajenas. Pero  la responsabilidad de nuestros actos en la vida es siempre de cada uno y eso supongo no es opinable.

Yes, we can!

INGLÉS a la carta

Come and enjoy yourself!

Aprende vocabulario inglés de una forma entretenida.

Tarjetas interactivas que nos ayudan a avanzar.

"Me gustó la web quizlet, y enseguida me animé a preparar material para mi propio aprendizaje. Si quieres mejorar tu vocabulario y no tienes tiempo de preparar tu propio material, puede que este sitio te interese. Ve a "Sets" en Come and enjoy yourself!"

Gracias por visitar este blog ¡ Que tengas un buen día!."

"Gacela" (Lux)