Querida “Beatriz” de el Salvador,
Ojalá pudiera hacer algo por ti y que estas tontas lágrimas sirvieran para
algo. Pero no puedo sino rezar. No sé de
ti más de lo que nos quieren contar. Es decir casi nada. Quiero decir,
suficiente para que me duela. ¡Que dura situación la que te espera!. ¿Has
empezado ya la despida? Todavía no lo
tienes en tus brazos y ya tienes que aceptar que no estará contigo. Seguro que pese a tu juventud ya sabias que a
veces suceden estas cosas, pero me atrevería a decir que jamás nadie te hablo
de este caso concreto. ¿Dónde estás ahora?
Iniciando seguro un calvario
inevitable. ¿has podido enfadarte ya con el mundo o estás culpándote a ti
misma?¿Estas negando tu situación e insistes en llamarle por su nombre?.
Querida niña ¡Qué dura manera de conocer la maternidad! ¡Qué corto camino en un
trayecto tan largo!. Siento que tu duelo atravesará este mundo cómodo e
hipócrita, pero aún así muchos no comprenderán nada. Cómo se ha complicado todo
¿no? Cuando parecía que no podía haber nada peor tal vez tú también tengas un destino
breve. ¿Ya te has preguntado donde
estaba Dios cuando todo empezó? O tal
vez sea peor y sientas que nunca ha estado contigo. Quién sabe. ¿Cómo llevas
eso de que pudiendo vivir tal vez debas morir? ¿De que en otras circunstancias
nadie hubiera opinado sobre tu vida y tu lucha por seguir aquí?
Siempre estamos en manos de los “otros”.
Toda la vida, de un modo u otro alguien depende de nosotros o nosotros
dependemos de alguien. Pero dime Beatriz, ¿Alguien te ha preguntado sobre lo
que quieres tu? ¿Te han dejado ya no decidir, sino expresar al menos lo que
deseas?.
Por alguna razón desde este lado
del océano yo sé que lo que quieres es imposible. No hay ley, ni juez, ni
sacrificio por tu parte que te de el privilegio de criar ese hijo. Se marcha,
antes casi de tocar tierra vuelve al cielo. ¡Ojalá tengas gente que te ame lo
suficiente para entenderte, para aceptar llevar contigo esta excesiva carga
para alguien tan joven como tú! ¡Ojala puedas estar aquí para llevarle flores a
tu hijo! Podrás con ello, se que lo harás. En este momento estas creciendo por
encima de muchos de los que te rodean eres sin haberlo deseado como un esa
picea de Noruega de más de nueve mil años que dicen que tiene la facultad de
clonarse así misma. Tu también lo conseguirás, clonarte a ti misma digo, tantas
veces como el dolor te supere. Ojalá te
den la oportunidad de que sea así. Dile a tu hijo que cuando llegue al cielo su
alma busque María y le cuente que sin conocernos de nada y separadas por un enorme océano sus mamás se
encontraron en un punto de dolor donde solo pueden regresar aquellos que alguna
vez pasaron por ahí.
Niña “Beatriz” para algunos mujer, ya siempre serás madre sin importar lo que otros piensen. Ojala todo sea para ti mejor de lo que nos
cuentan y puedas y te permitan vivir lo suficiente para saber que Dios a veces nos da
segundas oportunidades y que nosotras debemos entonces ser valientes de nuevo y creer que esa vez todo irá bien, para los
dos.