¡ Con F de Felicidades !

Querida hija,

Hoy es tu cumpleaños y esta mi forma de decirte ¡Felicidades!. Así que ya lo ves, este año va a ser que me sale baratito tu regalo. Que si, que sí, que voy a escribir para que me entiendas. Y no, prometo no enrollarme mucho. Ya lo sé, ya lo sé, tú eres lista. Soy yo la que me paso jugando con las palabras y enredándolas tanto que a veces no entiendes muy bien a donde voy.

Es normal mi niña, tienes supongo una madre un punto complicada. Pero no lo lamentes mucho, es posible que todas lo seamos. No importa si hoy el día acaba venciéndose a las nubes y nos envía lluvia porque hoy es un día hermoso, único y especial, exactamente como lo eres tú para todas las personas que te queremos.
No es esta la primera carta que te escribo, sino la tercera. Te explico. La primera fue antes de que nacieras ¿La recuerdas? Surgió de mí como un susurro cuando estabas duro que te pego ensayando los primero tiros a puerta (va de fútbol) resultó ser un momento mágico. Fue nuestra primera comunicación telepática en plan profundo. Luego vino la carta de tu inicio en la preadolescencia, una muy extensa que supongo te costó entender y ahora surge esta, para que veas que me entero de cuánto has crecido y cómo el amor si uno lo desea, puede ser inagotable e incondicional. Por que al menos yo, así es como te quiero a ti.
Llevamos un par de añitos muy entretenidos, ambas nos abrimos paso entre confidencias y sobresaltos para después darnos cuenta que en ese mundo nuestro que hemos creado cabemos las dos tal como somos y cómo no, aun nos queda espacio para papá.
Pasamos buenos ratos pese a todo, no me digas que no. Cuando hacemos planes sobre tu futuro, cuando reímos sin saber porqué o hacernos bromas, cuando nos dicen la ya típica frase de ¡Parecéis hermanas! Y yo contesto con la ya también típica ¡Qué mas quisiera yo!
Luego tu elevas las cejas y yo te explico que es un halago por que tú, a tu edad quieres parecer mayor (aunque va a ser que eso no es posible, las apariencias engañan) y a mi pues no me importa parecer mas joven. Pero ¿sabes? también me gusta estar contigo cuando tú lo pasas mal y me haces alguna breve confidencia de lo que te duele y entonces yo me hago la fuerte y busco y busco en mi cerebro, en mi memoria vieja qué puedo decirte que te haga sentir mejor y más segura. Y aunque hablo mucho a veces, otras solo nos abrazamos. Y alguna vez conseguimos sentirnos un poco mejor. Por cierto, me encanta cuando nos abrazamos y tengo la sensación de pasarte un poco de esa energía que ya me empieza a escasear ¿Y a ti? ¿Sientes que te llega esa energía? Ja, ya se lo que piensas, que estoy loca…

¡Que bonita eres mi niña! Y ¡Que buena gente! Un bebe llorón, una niña terremoto y ahora una adolescente soñadora. ¿Qué voy a hacer contigo? No lo sé cariño, supongo que al encargarte debí marcar la casilla que ponía pack aventura. Pero sabes, ya me voy acostumbrando. Lo que antes me tenía un poco desorientada ahora me encanta. Somos diferentes en la forma, y tal vez en el fondo también, pero hay algo que no puede ser percibido por los ojos sino por el corazón que me hace saber cuanto me gustas así y cuan valiosa eres. Es una forma de conexión que me demuestra que tal vez no seas tan diferente a mi después de todo.
Mi regalo de hoy para ti, es un deseo, ya ves, ¿poca cosa? ¡ni lo pienses! y como creo firmemente que los deseos auténticos se cumplen, se que será así. Hoy, diez de mayo del año dos mil nueve, deseo que tu, mi hija, te conviertas en la mujer que Dios tiene pensado que seas. Eso significa que poco a poco como esa arcilla que acariciaba el abuelo al hacer sus esculturas, la vida te convierta en un persona auténtica.

Nos queda mucho por vivir y espero que no me lo pongas muy difícil bicho, porque ya te aviso que las madres hemos sido dotadas de la fuerza de un huracán….(je,je) creo que ya sabes de que hablo y las garras de una leona.

Pues eso mi niña construye cada minuto con todo el cariño de que seas capaz y esfuérzate en ser mejor cada día.
Cuida mucho tu corazoncito que es todavía tierno y delicado y no te olvides de sonreír a todos los niños pequeños con lo que te cruces por el colegio, y hablar con alguno de ellos, por que es un buen gesto para recargar las pilas en un día duro. Y por favor, ríe, ríe a carcajadas a la menor excusa, porque la risa es el mejor alimento para el alma. Y llora, siempre que te sea necesario llora, pero deja que tus lágrimas sean un regalo solo para quien sepa entenderlas. Estudia, estudia y estudia, brujilla, porque tu cerebro necesita ese alimento si quieres ser libre y fuerte el día de mañana.
Y cuida también mucho a tus amigos verdaderos en esta época tan difícil para los adolescentes, en la que cada uno vais construyendo la personalidad y lo mejor y lo peor parece multiplicarse por cien. Sé lista y elije siempre a los mejores, quiero decir a los que tengan un corazón más grande si cabe que el tuyo. Y cuando decidas ser amiga suya, se la mejor amiga posible. Comprensiva, discreta, cariñosa, fiel, seria, generosa, divertida…en fin ya sabes tal y como te muestras a menudo.
No te olvides de decir Si a todas las cosas buenas que te vayan ocurriendo pero tampoco de expresar un No alto y claro, a todo aquello que viene disfrazado de falsa diversión o falsa amistad y cuyo fin es destruirte por dentro o por fuera. Se exigente contigo misma porque las personas somos imperfectas y hemos de mejorar siempre, pero también indulgente cuando no siempre consigas los resultados que quieres pese al esfuerzo. La vida no siempre es fácil pero es hermosa, tú estás aquí para recordarme a mí que es así.

Catorce meses de nombre Mayo, es lo suficientemente importante para darle gracias a Dios por todos esos años, así que cariño, tampoco te olvides de rezar de vez en cuando. Eso probablemente te dará un poquito de paz y la paz es el mejor estado para el hombre.
Pues nada mi niña que muchas felicidades, disfruta de este día y de este millón de abrazos que te tengo preparados, así que venga ven a buscarme que son muchos y se me escapan.
Espero que te haya gustado mi carta y que me perdones la palabreja rara pero es que no hay otra mejor para expresar lo que quería decir. Apréndela si no la conoces porque suena bien y suele ser útil para con uno mismo y para con lo demás.

Abrazos y besos, besos y Abrazos.

Mamá.

Indulgente: Inclinado a perdonar y disimular los yerros o a conceder gracias.

¿Te he contado que la mayor lección sobre el perdón la aprendí contigo? ¿NO? Pues tal vez algún día te lo cuente.