Amigo mío, deja ya tu mensaje escrito en este cielo blanco
porque hoy sobre la madre tierra el color intenso se despide,
y acoge con húmeda caricia tempranas despedidas.
Si va a ser hoy el día y no otro, amigo,
en que encuentres por fin tu palabra perdida,
tal vez debas buscar entonces entre las hojas muertas
que juegan libres ya de su eventual morada.
Si va a ser hoy, amigo, el día que comprendas
que este otoño es valiente, como lo fueron otros,
volarás entonces ya sin miedo, con los primeros vientos
y serás la hoja que reconoce escrito entre sus líneas su destino.
Entonces sabrás, amigo mío, que la vida es en sí misma, tu lugar
tu perfecta estación para decir adiós o para recibir.
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