La anciana recuerda que a veces fue joven,
y sus piernas mueve como si trotase.
La vieja no olvida que cruzaba ríos,
subía montañas, visitaba pueblos,
vendiendo sonrisas y abrazando vidas.
Y entonces se deja llevar al galope,
los ojos cerrados con el sol dormido
porque ensaya enferma, el instante quedo
cuando entre sollozos suene la campana
que anuncie la muerte del cerebro impío.
Una despedida, un duelo vistiendo
su cuerpo menudo enredado en huesos.
Ya no siente apenas el peso cansino
del paso tiempo, cada noche sola,
no imagina nada, pasado o futuro.
La vieja se sube sin tino las lentes
una mano torpe se marcha al bolsillo
y sus piernas mueve como si trotase.
Anciana se queda su vida gastada,
de sueños pequeños y silencios rotos.
Entonces ocurre, sus ojos se abren
y mira a los hijos pensando en sus padres
recorre su infancia, descubre su vida,
y por un momento recuerda su nombre.
Solo es un segundo el que encuentra cuerdo,
tiempo suficiente para comprender
cuánto miedo siente a no recordar,
quienes son los suyos, donde está su casa,
cómo caminar, de que alimentar
su cuerpo menudo, caduco y traidor.
y sus piernas mueve como si trotase.
La vieja no olvida que cruzaba ríos,
subía montañas, visitaba pueblos,
vendiendo sonrisas y abrazando vidas.
Y entonces se deja llevar al galope,
los ojos cerrados con el sol dormido
porque ensaya enferma, el instante quedo
cuando entre sollozos suene la campana
que anuncie la muerte del cerebro impío.
Una despedida, un duelo vistiendo
su cuerpo menudo enredado en huesos.
Ya no siente apenas el peso cansino
del paso tiempo, cada noche sola,
no imagina nada, pasado o futuro.
La vieja se sube sin tino las lentes
una mano torpe se marcha al bolsillo
y sus piernas mueve como si trotase.
Anciana se queda su vida gastada,
de sueños pequeños y silencios rotos.
Entonces ocurre, sus ojos se abren
y mira a los hijos pensando en sus padres
recorre su infancia, descubre su vida,
y por un momento recuerda su nombre.
Solo es un segundo el que encuentra cuerdo,
tiempo suficiente para comprender
cuánto miedo siente a no recordar,
quienes son los suyos, donde está su casa,
cómo caminar, de que alimentar
su cuerpo menudo, caduco y traidor.
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